Diagnóstico y tratamiento
Una persona cuya nariz sangra y duele después de un golpe, puede tenerla rota. Por lo general, el médico diagnostica rotura de nariz palpando levemente el puente nasal en busca de irregularidades en la forma, movimientos inusuales de los huesos, sensación de huesos rotos que se mueven uno contra otro y dolor. El diagnóstico se confirma mediante una radiografía.
Cuando una persona tiene la nariz rota, si es un adulto se le suele administrar un anestésico local y, si se trata de un niño, se le aplica anestesia general. A continuación, se drena la sangre acumulada en el tabique para evitar las infecciones y la pérdida de cartílago. Una vez que el médico vuelve a colocar la nariz en su posición normal, se la estabiliza con una gasa por dentro y un entablillado por fuera. Las fracturas de tabique son difíciles de fijar y a menudo se requiere, más adelante, una intervención quirúrgica.
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